Bidai: Bienvenides al planeta Tierra
Lámina A4 aprox, material tipo cartulina.
No incluye marco.
¿Alguna vez has tenido que mudarte a un lugar diferente?
A veces no hace falta irse muy lejos para sentir que estás a años luz de sentirte en casa. Y eso, no lo provoca la tierra que está bajo tus pies.
Para Bidai, había llegado el momento de marcharse. Había miles de motivos, pero realmente, no son relevantes. Para llegar hasta su destino debía atrasar mares peligrosos y aunque ninguno era seguro, era mejor y más rápido ir por la superficie. Así, con su poder de cristalización, convirtió su propio cuerpo en barco y empezó su camino. Un camino lleno de tormentas, olas gigantes, barcos amenazantes, noches frías y largas... pero todo había merecido la pena cuando atisbó la gran roca que indicaba que estaba llegando a "Sirenia". Era un reino muy diferente al suyo, pero igual de hermoso. Se sentía un poco insegura a la hora de interactuar con las sirenas de allí y nadaba por sus calles intentando pasar desapercibida y aprendiendo todo lo que podía. Muchas sirenas eran muy amables, otras le miraban extraño, con curiosidad, miedo, rabia... había un poco de todo. Por fin, consiguió un oficio ayudando en un bar de tintas. Tuvo la oportunidad de hablar con muchas sirenas, casi siempre respondiendo a la misma pregunta:"¿Tú de dónde eres?" Le sorprendían bastante las respuestas, las sirenas de allí tenían ideas muy raras sobre su lugar de origen pero a Bidai no le importaba explicar cómo se vivía realmente allí. Hasta que un día la contestación de una sirena se le clavó en el corazón. Le dijo que para qué se había mudado allí, que ya eran bastantes, que les quería quitar sus trabajos, sus costumbres...¡incluso a otras sirenas! Que a este paso Sirenia se llenaría de escamas de todo tipo y les quitaríamos todo.
Lo peor fue ver cómo en otras mesas, las sirenas que estaban escuchando... asentían e incluso algunas, aplaudieron. Dos sirenas sin embargo, se lanzaron al lado de Bidai y respondieron a la sirena enfurecida:
+ El océano, la tierra, el aire...no entienden de fronteras. Todo aquello que está vivo, está unido y por tanto, tiene el mismo derecho que otro sin importar nada más.
La sirena empezó a reírse y enfatizó que allá donde naces determina cómo eres y que eso nos hace demasiado diferentes. Que hay sirenas que tienen más suerte que otras y eso no era culpa de las que tenían más suerte.
+ En la naturaleza, la suerte es poder unir diferencias para aumentar las posibilidades de afrontar un mayor abanico de dificultades. Sumar, aporta. Restar, te quita y quedarte igual, puede que no sea suficiente.
-¡ Que no hay para todas!
La realidad es que lo único que hay importante son corazones latientes, tratando con otros corazones latientes. Cuando seas capaz de sentir esto, tu problema no será "para mí no queda" si no "para nosotros no hay" y tu rabia y tus esfuerzos no serán contra el corazón que "te quita", si no en cómo arreglar "que haya para todas"
De corazón a corazón, bienvenido a la Tierra, nuestro hogar.
Atrévete a ser ♥️
Ficha técnica
- Medidas
- A4
- Material
- Tipo cartulina