Amets y el columpio esperanza

Si hablamos de soñadores, la sirena Amets sin duda podría haberse llevado el premio . Desde niña se sentaba en su columpio y pasaba las horas imaginando las aventuras que iba a vivir. Sin embargo, soñar puede implicar, o no, muchas cosas.
Las horas pasan rápido y más si una las pasa soñando y así Amets se iba haciendo adulta en su columpio:
-Amets! Vienes a mar abierto a buscar al gigantesco tiburón ballena?
+ Uuy, mar abierto? No sé, lo veo un poco peligroso, siempre me han dicho que mejor no me acerque.

+ Amets! Vienes al baile esta noche? Seguro que encuentras a tu medio coral.
- jajaja en una fiesta? A mí gran amor lo conoceré en una de mis aventuras, tal vez cerca de una nueva fosa por descubrir, en las playas de una isla con arena rosa...

+Amets! Quieren contratarte para la recogida de perlas!
- perdón? Yo tengo más capacidades y aspiraciones que eso... Seguro que saldrá algo mejor.

¿Entendéis, verdad? Las horas, se convirtieron en años en su columpio. Soñar puede implicar, o no, cumplir los sueños. Para esto, el gran peligro no es externo, si no el miedo, la expectativa, la comodidad, el prejuicio...pueden paralizar tus aventuras. La esperanza de que todo llega no sólo no hay que perderla, hay que salir a buscarla. Que la esperanza...no te haga esperar.
Di que sí, muévete, atrévete, acoge lo inesperado... Sueña para vivir, no vivas para soñar.
Ah por cierto, sí, Amets al final se dio cuenta de esto y abandonó su columpio pero jamás sus sueños y acabó viviendo muchas aventuras, la mayoría inesperadas. Porque no, nunca es tarde.

Atrévete a ser ♥️