Territorio de la Ira

Bienvenide al territorio de la ira. Te advierto que se pasa mucho calor y es un territorio que se recomienda visitar siguiendo la senda del autocontrol y llevando siempre encima el elixir de la asertividad, ya que en este territorio existe la isla flotante de los comentarios desafortunados que puede pillarte en cualquier momento y en cualquier camino. Si estás pensando en evitar este territorio, debo decirte que la colonias de lo irritante pueden arrastrarte allí sin que te des cuenta y además te perderías la obra maestra del continente emocional, los guardianes del yo, las criaturas más hermosas o más horribles del continente, que se mostrarán ante ti de una forma u otra según perciban tu pureza e intenciones. No te preocupes por el gigantesco volcán No puedo más ya que es otra puerta de acceso repentina, bastante incómoda... pero la lava suele caer (con suerte) en el mar del desahogo. Sí debes preocuparte más por acabar en la ciénaga del odio, es muy fácil acabar ahí si exploras mucho este territorio y una vez entras, te vas envenenando poco a poco y pierdes algo peor que tu vida, pierdes tu esencia. Si llevas tu elixir y el escudo del amor propio, visita las cuevas de los gritos, son curiosas y (quédate con esto bien grabado) de color naranja; están cerca del mar del desahogo. ¡Precaución! Bajo ninguna circunstancia entres, ni te asomes en las cuevas rojas. Son las cuevas de la violencia y en estas no sólo pierdes tu esencia, es que te transformas en monstruo. Por cierto, puedes rellenar tu elixir de la asertividad, con el fruto del árbol de poner límites, allá donde descansan los guardianes del yo. Recuerda, es un gran territorio y no es peligroso mientras vayas cargade de buena intención y ganas de aprender.